Resulta difícil decir qué resulta más impresionante: Ver a Mike Tyson fumando marihuana de una pipa o atestiguar una de sus prácticas en un gimnasio, como si se estuviera preparando para chocar de nuevo contra Evander Holyfield.
Videos de Tyson en esas dos actividades están disponibles en internet, tal vez porque el exboxeador es tan bueno para promoverse a sí mismo como lo fue alguna vez para noquear adversarios.}
Pero será deseable que el otrora monarca de los pesados esté al tanto de una gran diferencia entre los actos que realizó en cada uno de los videos.
Quizá fumar marihuana no lo mate. Pero volver al cuadrilátero a los 53 años podría hacerlo.
Tyson no ha anunciado plan alguno para pelear de nuevo, aunque sí sugirió en Instagram que estaría disponible para exhibiciones de tres o cuatro asaltos si le pagan lo justo. Y algunas personas en Australia hablan ya de la posibilidad de ofrecerle un millón de dólares para participar en un combate de exhibición ante uno o dos astros del rugby.
Si internet sirve como una guía de algo, queda claro que hay interés todavía por Tyson. El video que lo muestra en el gimnasio no sólo fue visto nueve millones de veces en unos días, sino que ha generado una oleada de comentarios sobre cuánto poder le puede quedar en los puños al boxeador retirado.
Y hay que admitirlo: Tyson se ve bien, sigue siendo explosivo y poderoso incluso a su edad. En las fantasías de algunas personas –quizás en las de él mismo– luce suficientemente bien como para aceptar otra pelea real en la división de los pesados si alguien estuviera dispuesto a ofrecerle millones de dólares.
Tyson sabe destacarse en este tipo de prácticas. El entrenador Cus D’Amato dirigía a Tyson en su adolescencia, e ideó un sistema de números para cada golpe que el incipiente púgil lanzaba.
D’Amato los recitaba, mientras un asistente sostenía los pads y Tyson lanzaba derechazos o izquierdazos en respuesta a lo que se le pedía.
Miré a Tyson entrenar para buena parte de sus mayores peleas, y hacer sesiones de pads con un entrenador fue siempre parte de su preparación. Para ser sincero, no parece muy distinto en el video que grabó a los 53 años que durante las peleas cuando tenía 23 y era monarca mundial.
La velocidad sigue siendo impresionante. El poder sigue pareciendo auténtico.
Pero eso es cuando nadie responde a sus golpes.
Tyson publicó el video con una etiqueta en la que proclamó que es “todavía el hombre más perverso del planeta”. Sin demora, sus seguidores respondieron con pronósticos de que su ídolo será de nuevo campeón de la máxima categoría.
Desde luego, es un disparate. A su edad, Tyson no podría vencer a un boxeador ordinario de esa división, mucho menos a la crema y nata de una categoría que había recuperado el lustre cuando la pandemia paralizó todos los combates.
Y aunque la gente siga celebrando a Tyson por los nocauts inmisericordes que conseguía en el mejor momento de su carrera, hay que recordar que, en su último pleito, se negó a seguir combatiendo, sentado en el banquillo, hace la friolera de 15 años.
Portal: Fox Deportes